En EASY LANGUAGE SCHOOL creemos sinceramente que cualquier persona en este planeta puede aprender otro idioma, independientemente de su edad, género, empleo o condición social.
Una gran parte de la batalla en el aprendizaje de idiomas está en la mente y un buen lugar para comenzar es disipar las creencias limitantes que impiden que la mayoría de la gente progrese. En este artículo exploramos los 3 mitos más comunes del aprendizaje de idiomas y ofrecemos algunas estrategias para enfrentarlos.
MITO 1 APRENDER UN IDIOMA EXTRANJERO REQUIERE UN TALENTO ESPECIAL
Mucha gente asume que los multilingües tienen un "don" natural para los idiomas. En otras palabras, se cree que hay algo único en su ADN que les "permite" aprender.
A pesar de que existen personas con talento lingüístico, en realidad muy pocos afortunados nacen políglotas. Son aproximadamente el 7% de toda la raza humana. Sin embargo, millones de personas aprenden a hablar un idioma extranjero. ¿Todos pertenecen al 7%? Además, no olvidemos que cualquier niño puede aprender cualquier idioma en cualquier parte del mundo. Entonces, está claro que todos tenemos el gen mágico para aprender idiomas.
Entonces, si no es la genética, ¿cuál es el secreto para un aprendizaje exitoso? Buen enfoque, buena actitud y PRÁCTICA. Como dicen “la práctica hace al maestro”. Si estás luchando con un nuevo idioma, no te dejes engañar por la idea de que no estás hecho para esto. La verdad es que todo el mundo lucha. Las personas que hablan bien idiomas extranjeros simplemente han pasado suficiente tiempo aprendiendo. Continúa y lograrás tus objetivos tú también.
MITO 2 LOS NIÑOS APRENDEN IDIOMAS MEJOR QUE LOS ADULTOS
Todo el mundo parece dar por sentado que los niños son los mejores aprendices de idiomas. Desafía a un niño de 6 años a aprender Farsi en unos meses y te dejarán boquiabierto, ¿verdad? ¡Absolutamente no!
Vamos a ver. Cuando se trata de aprender idiomas, los niños tienen una gran ventaja: son pizarras en blanco. No tienen hábitos de pronunciación preexistentes que interfieran con el nuevo idioma. No van a intentar darle sentido a la gramática extranjera usando gramática nativa incompatible.
Además, no tienen miedo de parecer estúpidos. Esta es su mayor ventaja sobre los adultos. Para aprender un idioma extranjero, es necesario pasar mucho tiempo cometiendo errores y diciendo cosas incorrectas. Para los adultos, esto puede resultar estresante. Dado que a los niños no les importa la vergüenza, obtienen toda la práctica que necesitan. Mientras tanto, los adultos se esconden detrás de libros y aplicaciones para poder fingir que aprenden sin arriesgar su reputación.
Pero cuando los adultos pueden superar su miedo a verse mal, pueden vencer a los niños con inteligencia, disciplina y coherencia. Un niño de seis años no tiene la disciplina para sentarse durante varias horas al día para entrenar el idioma. Los adultos lo hacen.
Es por eso que hay adultos multilingües (como los de nuestro equipo) que pueden alcanzar una gran fluidez en un nuevo idioma en cuestión de meses, algo que a un niño le llevaría años lograr.
MITO 3 LA PRONUNCIACIÓN ES UNA HABILIDAD ADICIONAL QUE GUARDAS PARA EL FINAL
Cuando le decimos a la gente que nuestros cursos incluyen el aprendizaje de la pronunciación, una respuesta común que recibimos es: "¿Entonces es para personas que ya saben hablar el idioma?" De alguna manera, muchas personas creen que aprenderían a hablar un idioma ANTES de aprender a producir y reconocer sus sonidos. De hecho, no debería ser así.
La pronunciación es la base del idioma. No estamos diciendo que debas tener una pronunciación perfecta, no es necesario. Basta con tener una que te permita comunicarte sin dificultad. Sabemos que cuando las personas tienen un acento extranjero muy fuerte, entenderlas puede resultar difícil. Además, una pronunciación incorrecta puede interferir con la capacidad de hablar con fluidez. Y encima, no saber cómo pronunciar bien los sonidos a menudo significa que no sabemos realmente cómo suenan. Por lo que cuando otros dicen algo, es posible que no reconozcamos estos sonidos y no entendamos bien lo que se dice. Entonces, si bien tu pronunciación no necesita ser perfecta, cuanto mejor sea, mejor será tu comunicación, no solo mientras hablas, sino también mientras escuchas.
Desafortunadamente, cuanto más tiempo los estudiantes descuidan la pronunciación, más difícil es corregirla. Memorizamos la forma incorrecta de la palabra y volver a aprenderla más tarde nos costará mucho más que aprenderla bien desde el principio. Claramente, si alguien ha llegado a hablar un idioma pero aún tiene una pronunciación que causa malentendidos, no hay que desesperarse. Con muchas ganas y perseverancia, podrá volver a aprender los sonidos y la melodía del idioma. Solo decimos que la forma más fácil es aprender lo antes posible cómo suena el idioma, así que si estás empezando a estudiar, no dejes la pronunciación para el futuro.